Entonces podéis entrar. En el espacio que os es propuesto, veréis que no hay (casi) nada. No os desconcertéis. Quitamos las imágenes para tocar la realidad desnuda de la experiencia. ¿Podéis realmente reencontraros con vosotros mismos?. Directamente, sin el intermediario de alguna cosa.
Un espacio os es ofrecido. Una vez pasada la puerta de entrada, os inclináis con las manos juntas en un gesto de gratitud. Cogéis un cojín redondo para sentaros encima. Palparlo cuidadosamente, ¿es suficientemente compacto?, ¿suficientemente ancho?. Tenéis que aprender a juzgar los cojines, a encontrar aquel que esté adaptado a vuestra propia morfología.
NO ESTAS DEPRIMIDO ESTAS DISTRAÍDO CON FONDO MÚSICA
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que
tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una
pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que
no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta
convertirte en el amor.
De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se
puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te
destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los
noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida
por el camino perdido.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste,
porque la vida es aquí y ahora mismo.
Vive de instante en instante, porque eso es la vida.
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la
tierra.
En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de
uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir
contigo mismo por la eternidad.